Un apartamento en París by Lucy Foley

autor:Lucy Foley
La lengua: spa
Format: epub
editor: HarperCollins Ibérica S.A.
publicado: 2022-09-28T10:34:50+00:00

NICK

Segundo piso

Voy por mi tercer cigarrillo esta noche. Empecé a fumar cuando volví aquí. El sabor me da asco, pero necesito el chute de la nicotina para tranquilizarme. Todos estos años de vida saludable y ahora mírame: chupando un Marlboro como un ahogado dando las últimas boqueadas. Miro por la ventana mientras fumo, observo a los chavales que entran en el patio. Esta tarde estuve a punto de besarla en la terraza. Ese momento alargándose entre los dos, hasta que pareció que era lo único que tenía sentido…

Dios. Si no se hubieran apagado las luces y me hubieran sacado de mi trance, la habría besado. ¿Y en qué situación me encontraría ahora?

Su hermana. Su hermana.

¿Cómo se me habrá ocurrido?

Entro en el baño. Apago el cigarrillo en el lavabo, donde se humedece. Me miro al espejo.

«¿Quién te crees que eres?», me pregunta mi reflejo en silencio. Y sobre todo, ¿quién cree ella que eres?

Un buen tipo, deseoso de ayudarla. Preocupado por su amigo.

Eso es lo que ve, ¿no? Lo que la has hecho creer.

Leí en alguna parte que el sesenta por ciento de la gente no puede pasar más de diez minutos sin mentir. Pequeños embustes para quedar mejor, para ser más atractivos a ojos de los demás. Mentirijillas para no ofender. Así que no he hecho nada fuera de lo normal. Es de lo más humano. Pero lo que de verdad importa es que no le he mentido. Directamente, no. Lo que ocurre es que no le he dicho toda la verdad.

No es culpa mía que pensara que soy británico. Es lógico. He perfeccionado mi acento y mi dominio del idioma a lo largo de los años. Me esforcé mucho por conseguirlo cuando estaba en Cambridge; no quería que me conocieran como «el francés». Allanaba las vocales, endurecía las consonantes. Perfeccioné una especie de acento londinense. Siempre ha sido un motivo de orgullo para mí, me hacía ilusión que los británicos me tomaran por uno de ellos, como le ha pasado a ella.

La segunda cosa que ha dado por sentado es que las personas que viven en este edificio solo tienen una relación de vecinos. Eso se lo ha imaginado ella solita, sinceramente. Yo me he limitado a no sacarla de su error. A decir verdad, me gustaba que creyera en él, en Nick Miller. Un tipo normal que no tenía nada que ver con este sitio, más allá de pagar un alquiler.

Porque ¿acaso hay alguien que pueda asegurar que nunca ha deseado que su familia sea menos bochornosa o distinta en algún sentido? ¿Que nunca se ha preguntado cómo sería verse libre de todas esas ataduras familiares? ¿De ese equipaje? Y esta familia tiene bastante más equipaje que la mayoría.

He tenido noticias de papá esta tarde, por cierto. ¿Todo bien, hijo? Recuerda que confío en ti para que soluciones las cosas allí. Ese «hijo» ha sonado muy cariñoso, tratándose de él. Debe de tener muchísimo interés en que haga lo que quiere. Claro que mi padre destaca precisamente por conseguir que los demás hagan lo que él quiere.

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